Test, prueba de antígenos, de anticuerpos, PCR… son palabras antes casi desconocidas para la inmensa mayoría de gente que desgraciadamente han pasado a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano en estos tiempos de pandemia que vivimos.
En entradas anteriores ya presentamos al virus del fruto pardo y rugoso del tomate (ToBRFV, comúnmente conocido como “rugoso”) y describimos el test de PCR que en Abiopep pusimos a punto en su momento para aportar nuestro granito de arena a frenar la expansión del rugoso. Ahora hemos desarrollado nuevas pruebas de diagnóstico basadas en anticuerpos monoclonales tal y como describimos en esta publicación en la revista científica “MDPI Viruses”. Hasta el momento, las pruebas de anticuerpos disponibles en el mercado son incapaces de distinguir entre ToBRFV y sus parientes cercanos TMV y ToMV que también pueden afectar al cultivo del tomate. Por tanto, un positivo de este tipo de pruebas no resulta fiable y siempre habrá que recurrir a otro tipo de test como la PCR para confirmarlo. La gran ventaja de nuestros anticuerpos monoclonales es que son capaces de distinguir única e inequívocamente a ToBRFV, lo que los convierte en una herramienta certera y eficaz para la detección de este virus, afinando el diagnóstico y evitando tener que recurrir a otro tipo de prueba para confirmar la infección por ToBRFV.
En Abiopep estamos decididos a proporcionar las herramientas necesarias para garantizar una sanidad vegetal eficaz y sostenible, y por eso esperamos contribuir a frenar el avance de ToBRFV con estos anticuerpos monoclonales.